La 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) se inauguró este martes con la crisis humanitaria en Gaza como tema central, reuniendo a líderes mundiales en un contexto de crecientes tensiones en Medio Oriente y un renovado impulso diplomático hacia el reconocimiento del Estado Palestino. En un discurso que captó la atención global, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó al estrado de la ONU con un mensaje contundente, advirtiendo que el reconocimiento del Estado Palestino representaría “un premio para los terroristas de Hamas”.
Trump, conocido por su política de «Estados Unidos Primero» y su enfoque crítico hacia las instituciones multilaterales, aprovechó su intervención para destacar los logros de su segundo mandato en política exterior y para criticar el rol y los gastos de las Naciones Unidas. También instó al fin de la guerra en Ucrania y reclamó a Europa que cese la compra de petróleo a Rusia.
Su discurso se produjo en un momento en que varios países europeos, incluyendo Francia, Bélgica, Luxemburgo, Malta y Mónaco, se han sumado a Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal en el reconocimiento oficial de Palestina. Esta ola diplomática ha elevado a cerca de tres cuartas partes la proporción de Estados miembros de la ONU que reconocen a Palestina, a pesar del boicot de Israel y Estados Unidos a la conferencia dedicada al caso palestino.
En otro momento destacado de la jornada, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, también se dirigió a la Asamblea General, pidiendo a los países que aún no lo han hecho que reconozcan al Estado de Palestina “a la mayor brevedad”. Erdogan denunció la situación en Gaza como un genocidio, lamentando la ausencia del presidente palestino, Mahmoud Abbas, en el encuentro y agradeciendo a los países que recientemente han confirmado su reconocimiento de Palestina.
Erdogan fue especialmente crítico con las acciones de Israel en Gaza, argumentando que representan una amenaza directa a los principios fundacionales de la ONU. Presentó imágenes de la vida cotidiana en Gaza, mostrando a mujeres haciendo fila para obtener agua y denunciando el colapso de la infraestructura sanitaria, los ataques a hospitales y la falta de medicamentos.
Paralelamente, el presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, instó a los países miembros a renovar su compromiso con los principios de igualdad, justicia y solidaridad para enfrentar los retos globales. Subianto agradeció el respaldo de diversas entidades de la ONU que contribuyeron a la independencia y legitimidad internacional de Indonesia, y pidió una solución de dos estados para el conflicto entre Israel y Palestina.
La Asamblea General también fue escenario de otros momentos notables, como el insólito incidente en el que el presidente francés, Emmanuel Macron, quedó bloqueado por una valla policial debido al paso del convoy de Donald Trump, lo que llevó a una conversación telefónica improvisada entre ambos mandatarios. Además, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó los “ataques contra la soberanía, sanciones arbitrarias y una tendencia creciente a las intervenciones unilaterales”, subrayando que los ideales con los que fue fundada la ONU se ven amenazados como nunca antes.
En su discurso inaugural, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a los líderes mundiales a tomar medidas urgentes ante los conflictos, la crisis climática y los desafíos tecnológicos, advirtiendo sobre el riesgo de un mundo dominado por la impunidad y la desigualdad. La Asamblea General de la ONU continuará durante los próximos días, abordando los desafíos convergentes del conflicto, la pobreza y el cambio climático en un mundo cada vez más fracturado.